¿Cómo y para qué un proceso de coaching?
Índice de contenidos:
Claridad, confianza y foco es lo que vas a ganar con un proceso de coaching.
Todo comienza con ese primer paso que das porque quieres algo diferente en tu vida, algo que te llene más, volver a recuperar la ilusión, la confianza, el bienestar.
Se habla de la magia del coaching porque se producen momentos realmente mágicos cuando recibes preguntas que producen nuevos caminos en tu forma de pensar y de actuar que no habías pensado hasta ahora.
- Descubres nuevas perspectivas desde las que abordar situaciones vitales o profesionales y conectas con una parte de ti que no conocías hasta ahora o la tenías olvidada.
- Eres consciente de dónde y cómo estás poniendo el foco y cuáles son las consecuencias.
- Es una oportunidad para ordenar tu vida en todos los ámbitos para decidir cómo quieres vivir a partir de ahora.
Después de unas cuantas sesiones, y sin saber cómo, me dicen mis clientas, han desbloqueado la situación en la que se encontraban, se sienten más seguras, más motivadas, más tranquilas, y más felices.
Llegan frustradas, perdidas, tristes, incluso con problemas de estrés o de ansiedad, sabiendo que necesitan hacer algo para sentirse más tranquilas, más seguras, en su vida personal y/o profesional.
Se llevan herramientas para manejar situaciones de conflicto en sus relaciones personales o laborales, para desarrollar su potencial laboralmente, para comunicarse y liderar su vida de una forma más consciente.
Y consiguen así darle un impulso a su vida.
Después de una sola sesión empiezan a ver la luz y ven con claridad qué es lo que necesitaban para sentirse mejor.
Se sorprenden, incluso de su capacidad y de esas otras opciones que no habían considerado.
Y para ello te hago preguntas, observo, toma notas, y te voy conduciendo por un camino que te llevará a la claridad, a la motivación, a la ilusión de nuevo.
Aunque primero hay que encontrar qué es eso que has venido a descubrir, a cambiar, o a solucionar.
Con herramientas de coaching, de programación neurolingüística, de comunicación y liderazgo, te escucho, observo tu lenguaje verbal y no verbal, y voy confirmando contigo lo que me dices, como si fuéramos leyendo un libro juntas.
Serás más consciente de cómo influye en tu vida tu estado emocional, tus palabras, tu entorno, y podrás decidir con toda esta información con qué quieres quedarte y de qué quieres liberarte para conseguir eso que quieres.
Recuerda, el proceso es tuyo, tú decides.
Cuando acudes a una coach como yo es porque has intentado cambiar algo y no lo has conseguido, o simplemente no eres capaz de ver qué necesitas hacer para sentirte mejor.
Lo que no transmite la razón, sí comunica la emoción, las palabras, o los gestos, solo hay que saber observar y escuchar.
¿Cómo y para qué un proceso de coaching?
Claridad, confianza y foco es lo que vas a ganar con un proceso de coaching.
Todo comienza con ese primer paso que das porque quieres algo diferente en tu vida, algo que te llene más, volver a recuperar la ilusión, la confianza, el bienestar.
Se habla de la magia del coaching porque se producen momentos realmente mágicos cuando recibes preguntas que producen nuevos caminos en tu forma de pensar y de actuar que no habías pensado hasta ahora.
- Descubres nuevas perspectivas desde las que abordar situaciones vitales o profesionales.
- Conectas con una parte de ti que no conocías hasta ahora o la tenías olvidada.
- Ordenas tu vida en todos los ámbitos y te paras a decidir cómo quieres vivir a partir de ahora.
- Eres consciente por primera vez, a veces, de dónde y cómo estás poniendo el foco y la energía en tu vida y cuáles son las consecuencias.
Después de unas cuantas sesiones, y sin saber cómo, me dicen mis clientas, han desbloqueado la situación en la que se encontraban, se sienten más seguras, más motivadas, más tranquilas, y más felices.
Llegan frustradas, perdidas, tristes, incluso con problemas de estrés o de ansiedad, sabiendo que necesitan hacer algo para sentirse más tranquilas, más seguras, en su vida personal y/o profesional.
Y después de una sola sesión empiezan a ver la luz y son conscientes con mucha más claridad de qué no funciona.
Tú misma te sorprenderás de qué capacidad tienes, incluso para pensar en muchas otras posibilidades.
Y para ello te hago preguntas, observo, toma notas, y te voy conduciendo por un camino que te llevará a la claridad, a la motivación, a la ilusión de nuevo.
Aunque primero hay que encontrar qué es eso que has venido a descubrir, a cambiar, o a solucionar.
La confusión es la consecuencia del ritmo al que vamos, sin tiempo para parar y preguntarte:
- cómo te sienes
- qué quieres
- qué necesitas
Te subiste a la rueda del hámster y cuando te das cuenta han pasado diez o veinte años.
Y entonces te paras, o la vida te para, pero no sabes qué hacer.
Aunque algo en tu interior te dice que sigas con tu rutina, que más vale lo malo conocido, que no te puedes quejar…
Surge el miedo, las excusas, que te cuenta tu instinto de supervivencia.
Y te sientes como si alguien tirara de ti en dos direcciones opuestas.
La respuesta está en tu cerebro
Tu cerebro interpreta cualquier cambio como una amenaza y no sabe distinguir qué es imaginario y qué es real. De ahí que te preocupes, a veces, por cosas que nunca se llegarán a producir.
Y así, vas en modo avión durante años, sin gastar mucha energía, para que tu cerebro esté satisfecho.
Con herramientas de coaching, de programación neurolingüística, de comunicación y liderazgo, te escucho, observo tu lenguaje verbal y no verbal, y voy confirmando contigo lo que me dices, como si fuéramos leyendo un libro juntas.
Serás más consciente de cómo influye en tu vida tu estado emocional, tus palabras, tu entorno, y podrás decidir con toda esta información con qué quieres quedarte, de qué quieres liberarte para conseguir eso que quieres.
Recuerda, el proceso es tuyo, tú decides.
Cuando acudes a una coach como yo es porque has intentado cambiar algo y no lo has conseguido, o simplemente no eres capaz de ver qué necesitas cambiar.
Lo que no transmite la razón, sí comunica la emoción, las palabras, o los gestos, solo hay que saber observar y escuchar.
